5 de Noviembre Día Mundial de Concienciación de Tsunamis
En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó la fecha del 5 de noviembre como el Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis, como una forma de reconocer la importancia de estar preparados, así como de contar con sistemas de alerta que protejan la vida de las personas y prevengan los daños causados por los tsunamis.
Un tsunami o maremoto, es una secuencia de olas que se generan cuando un sismo de gran magnitud se ubica en los límites costeros de un territorio. Estas pueden alcanzar gran altura y cuando llegan a tierra firme provocan la pérdida de vidas y daños materiales. En México, la mayoría de los tsunamis se han originado por sismos que ocurren en el contorno costero del océano Pacífico. No todos los terremotos causan tsunamis, solamente algunos.
¿Por qué se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis?
En los últimos cien años se han registrado 58 tsunamis, que han acabado con la vida de más de 260.000 personas, superando a cualquier otro desastre natural. El mayor número de muertes se registró en el tsunami de 2004 en el Océano Índico (227.000 muertes) que afectó a 14 países, los más perjudicados fueron Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia.
Solo tres semanas después la comunidad internacional se reunió en Kobe (Japón) donde se aprobó el Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015, el primer acuerdo mundial de gran alcance sobre la reducción del riesgo de desastres. También se creó el sistema de alerta y mitigación de los efectos de los tsunamis en el Océano Índico, que cuenta con decenas de estaciones de vigilancia sismológica y del nivel del mar.
Esta celebración está muy relacionada con otra fecha oficial de las Naciones Unidas, el Día Internacional para la Reducción de los Desastres, que se celebra el 13 de octubre.
El origen de la fecha proviene de una historia japonesa denominada Inamura no hi: The burning rice fields (fuego de las gavillas de arroz). Es una historia que se desarrolla en Japón durante el año 1854, donde un aldeano, Goryo Hamaguchi, se percató de que la marea estaba bajando bruscamente y decidió incendiar toda su cosecha (las gavillas de arroz) para advertir al resto de habitantes de la aldea que huyeran a tierras altas.
Pasado el desastre y con una aldea consternada por la pérdida de familiares y medios de subsistencia, la aldea estaba destinada a desaparecer, ya que muchos lugareños querían mudarse a otro lugar. Es por eso que Goryo decidió construir un terraplén a lo largo de la playa. Empleó a los mismos aldeanos, colaboraron unos con otros y a los cuatro años culminaron el trabajo. Luego se plantaron pinos y árboles de cera en la costa.
En 1946 llegó otro tsunami, pero esta vez estaban protegidos por el terraplén y las enormes olas no llegaron a la aldea. El terraplén de Hiromura sigue protegiendo hoy en día a la aldea de Hirowawa-cho.